viernes, 12 de septiembre de 2008

1º guerra mundial...

Consecuencias de la Primera Guerra Mundial.
Después de la guerra el mundo cambió de forma radical.
Se cobró cerca de 9 millones de muertos, lo que ocasionó que los muchos intelectuales y artistas, tomaran partido por las actitudes pacifistas.
Las devastaciones de edificios, campos, minas, ganado, puentes, ferrocarriles, fábricas, maquinaria, carreteras, barcos, etc... fueron incalculables, sobre todo en las zonas más afectadas por los combates (el norte de Francia, Bélgica, la Europa del este y la frontera entre Italia y Austria). Sólo en Francia quedaron destruidos unos 5.000 kilómetros de vías férreas y unos 300.000 edificios.
Una de las consecuencias más notorias fue la desaparición de cuatro grandes imperios (Rusia, Alemania, Austria-Hungría y el Otomano), la aparición de muchos pequeños países (Países Bálticos, los Balcanes o Yugoslavia) y el aumento de territorios por parte de muchos países nacionalistas como Hungría, Polonia y Checoslovaquia, supone también, el fin de la diplomacia secreta, y la creación de la Sociedad de Naciones para regular las relaciones internacionales.
La guerra había ocasionado enormes pérdidas económicas. El coste de la guerra se estimó en torno de los 180.000 a 230.000 millones de dólares, y el de los daños causados por las destrucciones, en torno a otros 150.000 millones. Para los vencidos esta situación se ve agravada, ya que tienen que correr con los gastos de reparación. La guerra, además, había trastocado toda la economía mundial. El comercio internacional y las inversiones en el exterior de los principales países europeos quedaron prácticamente interrumpidos entre 1914 y 1918.
Tras la guerra y aprovechando la debilidad de Europa, EE UU se revela como una gran potencia mundial imperialista, y llega a hacerle prestamos a los países europeos que se ven endeudados.
La guerra obligó, por otro lado, a el hecho de que las mujeres comenzaran a desempeñar un rol más importante. La formidable movilización realizada por los países beligerantes convirtió a la mujer en la primera fuerza de la retaguardia: fueron más del 90% del personal de muchos hospitales y fueron, también, policías, oficinistas, empleadas en los medios de comunicación, taquilleras y conductoras de metro y autobús y, sobre todo, obreras en las fábricas. Pero fue en el campo donde su trabajo resultó fundamental para la supervivencia de todos. Su decisiva participación en la guerra les ganó un extraordinario avance en la conquista de la igualdad de derechos.

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